Oración del día







  


Oración de la mañana

Hay que mirarse al espejo
antes de juzgar.
Recordar,
en la propia historia,
las miradas ciegas,
las frases hirientes,
los silencios cómodos,
los abrazos negados,
los pasos vacilantes,
los deseos inconfesables,
las oportunidades perdidas,
las prisiones de dentro.

Solo entonces
volverse al otro,
a sus ojos que ignoran,
sus palabras que matan,
sus mutismos distantes,
su caricia olvidada,
sus pies que se tropiezan,
sus anhelos prohibidos
sus horas malgastadas,
sus celdas invisibles.

Mirarse,  mirarles.
Y  pronunciar, 
con ternura,
un veredicto
de esperanza. Así sea 

(José María R. Olaizola, sj)




Oración de la mañana


"Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta" (Lc 15,1-10)

Señor Jesús, hoy nuestra oración pone en tu presencia a todos los que practican la violencia como modo de imponerse a los otros, a todos los que viven egoístamente sin pensar jamás en el bienestar ajeno, a todos los que imponen sus criterios por la fuerza, mediante las amenazas y los miedos que paralizan. Para todos ellos te pedimos, conversión y vida nueva. 

Señor Jesús, hoy ponemos en tu presencia a todos los que gustan de decir siempre mentiras o medias verdades y practican constantemente la omisión, a todos los pesimistas profesionales, a todos aquellos que solo ven el vaso medio vacío, a aquellos que jamás dicen perdón o dan las gracias. Para todos ellos te pedimos, conversión y vida nueva.

Señor Jesús, hoy ponemos en tu presencia a todos los que cegados por el consumismo hecho ocio no ven el colapso ecológico en el que estamos, a todos los que jamás comparten, jamás creen necesitar a los demás, a todos los que viven de la apariencia. Para todos ellos te pedimos, conversión y vida nueva.

Señor Jesús, y para mí, que veo siempre mucho más claro el pecado, el error y las debilidades de los otros antes que los míos, para mí que a veces tengo el corazón tan endurecido que no siento ni padezco, para mí que me cuesta descubrirte y quererte en los otros, en todos los otros, te pido conversión y vida nueva. Así te lo pido. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC



Oración de la mañana


"Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú" (Lc 14,12-14)

Señor Jesús, qué palabras tan directas y tan contracorriente. Qué difícil es lo que nos dices hoy en tu evangelio. ¿Cómo vamos a invitar a aquellos que no son nada nuestro? ¿Cómo vamos a celebrar la vida con aquellos que no forman parte de nuestra vida? 

Señor Jesús, por eso hoy te pido que le des la vuelta a mi modo de proceder, que me hagas entender en profundidad lo que me dices, que descubra en tu presencia quiénes son ese prójimo al que debo amar, respetar e invitar a mi mesa. ¡Me siento tan lejos de lo que hoy me pides! 

Señor Jesús, hoy te pido:
- un corazón sensible a los últimos.
- una mirada capaz de descubrir en los últimos, los primeros 
- una sensibilidad especial para con aquellos que no son de nadie y nadie les quiere
- un espíritu libre que me permita nadar contracorriente
- una voluntad capaz de traducir en obras aquello que sé que me pides
- un compromiso real y cotidiano que me haga vivir comprometido por la justicia
- una fe que no se convierta en un seguro complaciente sino en el motivo primero y último de mi modo de proceder
- una disponibilidad y una confianza  tal que no tenga nada que perder porque me sé en tus brazos, siempre. Así te lo pido. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC
 

 
Oración de la mañana


"El reino de Dios se parece a la levadura que una mujer mete en la harina, hasta que todo fermenta" (Lc 13,18-21)

Señor Jesús, descomplícanos. Si tu reino se puede comparar con la levadura en una masa, haz que nosotros no busquemos explicaciones magistrales sobre tu reino, sino que hablemos de él con la vida, con lo más cotidiano de la vida.

Señor Jesús, descomplícanos. Haznos mujeres y hombres que más que hablar del reino con grandes y complejos discursos, vivamos reino con gestos y palabras sencillos y entendibles. 

Señor Jesús, descomplícanos. Haznos reino en medio de nuestras familias, de nuestras relaciones, de nuestros trabajos y lugares de misión. Haznos signos vivo de ese modo de ser, vivir, sentir y servir que es tu reino. 

Señor Jesús, haznos como el grano de mostaza o como la levadura en la masa: gente sencilla, gente descomplicada. Así te lo pedimos. Así sea 

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


"Salía de él una fuerza que los curaba a todos" (Lc 6,12-19)

Señor Jesús, una semana más nos ponemos en camino y entramos en tu presencia: aquí nos tienes.

Dice el evangelio de hoy que después de elegir a tus discípulos, fuiste con ellos a donde estaba la gente: así nos gustaría hacer a nosotros: ir a donde están los otros y ser para ellos buena nueva.

Señor Jesús, tu presencia curaba. ¿Qué tienes tú, amigo nuestro, Señor de nuestra vida, compañero de camino, que con tocarte nos sanas, conviertes nuestro corazón y das la vuelta a toda nuestra vida? ¿Qué tienes Señor Jesús con nosotros?

Señor Jesús, en esta primera oración del día te pedimos que de nuevo nos elijas, que de nuevo nos muestres cómo y dónde debemos llevar adelante la misión, que nos dejes estar cerca tuyo para poder sentir en primera persona, no de oídas, que tu pasión por nosotros es inigualable.

Señor Jesús, bendícenos. Envíanos. Acompáñanos. Gracias por formar parte de nuestra vida u a jornada más. Así te lo pedimos. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC


Oración de la mañana


Inventario

Así voy de fuerzas.
De hambre y sed, variable.
Unas manos débiles.
Poca intemperie.
Buena memoria.
Mucha esperanza.
La espalda, resiste.
De deseos, bien.
La fe, como las olas.
Ante el mundo, distraído.
O ciego.
Las palabras, bailando
con el silencio.
Bastantes nombres 
que son hogar.
Humor variable.
Convicciones firmes.

¿Confianza? No sobra.
¿Determinación? No falta.

Tu Voz, urgencia.
Tu Pan, sustento.
Tu Espíritu, música.

Estas son mis armas.
A tu lado, la batalla. 
Comienza la jornada. Acompáñame. Así sea

(José María Rodríguez Olaizola, SJ) y

Oración de la mañana


Decídete

No quieras pelear 
la misma batalla 
en dos trincheras,
ser luchador en cada frente,
o habitar a ambos lados de una frontera.
No puedes votar y abstenerte.
La puerta no puede estar
cerrada y abierta. 
La vela, para arder,
ha de consumirse,
y el amor, o se da,
o se agrieta.
Puedes servir o dominar.
Pero no ambas.
Encrucijadas vitales.
Caminos incompatibles 
hacia horizontes diversos.
Sal que sazona o es inútil,
luz que ilumina 
o se apaga.
Dios o los ídolos, decídete.
El evangelio no admite días alternos. Así sea 

(José María R. Olaizola, sj)
Oración de la mañana


"Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá" (Lc 12,39-48)

Señor Jesús, si echo un vistazo a mi vida, a mi historia, a todas mis historias ¡tengo tanto que agradecer! ¡Cómo voy a pagarte tanto bien recibido! Mucho he recibido, mucho vas a exigirme. Mucho me has confiados, más me vas a exigir.

Señor Jesús, hazme una persona agradecida, responsable y comprometida. Agradecida con lo que soy, tengo, sé, vivo y creo. Agradecida con la vida, con las personas que me rodean, con los dones y talentos que tengo y con todo aquello que vivo cada día. 

Señor Jesús, hazme una persona responsable, equilibrada, partidaria de los más menos, de los que no cuentan, de los que no tienen voz, de los que has dicho que sean mis predilectos. Hazme una persona comprometida con la vida, con el respeto, con la alegría y el perdón, con la justicia y la solidaridad, con tu causa y la causa de los últimos.

Señor Jesús, sé que he recibido y recibo cada día mucho más de lo que merezco. Haz que merezca recibir tu confianza porque vivo fiado de ti, en tus manos, en tu presencia, en tu misericordia. Así te lo pedimos. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC


Oración de la mañana


"Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas" (Lc 12,35-38)

Señor Jesús, prepárame.
Prepárame para trabajar por la justicia, para involucrarme en las causas de los últimos, para comprometerme sin condiciones, para vivir a tu modo.

Señor Jesús, prepárame.
Prepárame para vivir desapropiado, para no echar cuentas de los sacrificios, de las horas y de los esfuerzos en pro de los demás, para ser tan libre que no piense en la libertad sino que ella me habite y desde ella te viva y te anuncie.

Señor Jesús, prepárame.
Prepárame para vivir en verdad, para comprender y hacer de las bienaventuranzas mi programa de vida, para rezar el Padrenuestro desde lo más profundo del corazón y desde lo que vivo cada día, para no acallar la denuncia cuando toque y la alegría cuando llegue.

Señor Jesús, prepárame.
Prepárame para ser hoy tu palabra, tus acciones, tus gestos en medio de mi familia, de mis compañeros, de mis amigos y de todos aquellos con los que me crucé. Así te lo pedimos. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC
 
 
 
Oración de la mañana
21 de octubre 2019

"Guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes" (Lc 12,13-21)

Señor Jesús, haznos ricos en invertir tiempo en los demás, en no llevar siempre la razón, en no ansiar tener lo que otros tienen ni en codiciar lo que no nos corresponde.

Señor Jesús, haznos ricos en compartir, en hacer que otros crezcan, en agradecer los dones propios y ajenos, en vivir felices con lo que tenemos, en hacer felices a los demás siendo felices nosotros con ello.

Señor Jesús, haz que vivamos desapropiados de egoísmo, de querer tener a toda costa, de que se nos reconozca todo lo que tenemos y todos los títulos que poseemos, de tener que publicar todo cuanto hacemos, de necesitar que todos nos digan que les gusta lo que hacemos y decimos. Haz que entendamos eso de que nuestra vida no depende de nuestros bienes. 

Señor Jesús, haz que nuestra riqueza seas solamente tú. Haz que vivamos confiados en ti, en tu palabra y en la promesa de tu presencia. Así te lo pedimos. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


Servidor de todos
Se te ha dicho:
Rodéate de triunfadores.
Para que tu vida sea un éxito,
sírvete de todos.
Retén en tu memoria
el nombre del rico,
y apunta el teléfono
del rostro femenino
que sonríe en el concurso.
Tapiza las paredes de tu casa
con firmas de pintores
de prestigio y de dinero.
Llena tu boca
con los nombres
que ocupan el escenario
de la gloria resbaladiza.
Hazte vecino, compadre
de su club y su partido.
Que todas estas famas
te presten su prestigio.

Pero la Palabra dice:
Sienta a tu mesa
a los que no pueden
invitarte a su casa,
arrastrada por el río,
y presta sin arrugar la cara
al que no puede devolverte
tu dinero el día de pago,
porque las horas extra
se perdieron en la computadora
de la zona franca.
Habrán encontrado en ti
la respuesta de Dios
a su angustia cotidiana.
Y tú sentirás atravesar
algo de Dios pasando
por el centro de ti mismo
para llegar hasta el hermano.
Al romper, con ese gesto
de gratuita cercanía,
las leyes y cátedras
de la inversión
bien calculada,
un manantial de eternidad
te llegará desde el caído,
brotará entre tus piedras
y hará de ti un servidor de todos,
lleno de gracia y de sabor. Así sea 

(Benjamín G. Buelta, sj)


Oración de la mañana


Solo por hoy...
Señor Jesús: trataré de ajustarme a la vida. Si sucede algo que me desagrade, no me mortificaré, ni me lamentaré, agradeceré que me haya sucedido, porque así se puso a prueba mi voluntad de ser feliz. Solo por hoy.
No criticaré a nadie. Si comienzo a criticar a una persona, cambiaré la crítica por apreciaciones sinceras de sus virtudes, olvidaré sus defectos y concentraré mi atención en sus virtudes. Solo por hoy.
No guardaré rencor a nadie. Practicaré la ley del perdón. Asumiré mis responsabilidades y no echaré la culpa de mis problemas a otras personas. Comprobaré que Dios me ama y me premia con su amor. Trataré de pagar un mal con un bien.
Al llegar la noche, comprobaré que Dios me premió con un día pleno de deliciosa felicidad. Que he sido inmensamente feliz. Solo por hoy. Así sea 

(San Juan XXIII)
Oración de la mañana


Porque vives deprisa
porque tienes fronteras
porque pones condiciones
porque sospechas de Dios
porque aborreces el riesgo
porque ignoras a los demás
porque huyes del silencio
porque prefieres tener a ser
porque pactas con el confort
porque tienes miedo al compromiso
porque desiertas los caminos que suben
porque regateas con tu juventud
porque hablas más que haces
porque olvidas que eres nómada
porque no te das a lo difícil.

No sabrás ni hoy ni nunca,
por más que lo intentes,
por mucho que quieras,
para qué vale la vida,
para qué sirve el corazón;
no sabrás, de verdad,
ni el sabor de la paz,
ni el precio de la alegría,
ni el sentido de las lágrimas,
ni el misterio de las cosas,
ni el gusto de la vida,
ni el encanto de la amistad,
ni el valor del silencio,
ni el milagro del amor.

Te pasarás la vida, ¡triste vida!,
improvisando, corriendo, hambreando, huyendo de ti,
lejano, desterrado, de visita, de sobra, ridículo,
fracasado, esclavo, aburrido, desarraigado,
vacío, inútil, viejo...
con la vida tristemente vacía,
inmensamente sin sentido.

Pero...
SI la obra de tu vida puedes ver destrozada
y sin perder palabra, volverla a comenzar,
o perder en un día la ganancia de ciento
sin un gesto o un suspiro.

SI puedes ser amante y no estar loco de amor,
si consigues ser fuerte sin dejar de ser tierno
y sintiéndote odiado, sin odiar a tu vez,
luchar y defenderte.

SI puedes soportar que hablen mal de ti
los pícaros, los que pretenden enfadarte,
y oír como sus lenguas falaces te calumnian,
sin tú caer en la trampa y hacer lo mismo.

Si puedes seguir digno aunque seas popular,
si consigues ser pueblo y dar consejo a los reyes,
si a todos tus amigos amas como un hermano,
sin que ninguno te absorba.

SI sabes observar, meditar, conocer,
sin llegar a ser nunca destructor o escéptico;
soñar, mas no dejar que el sueño te domine;
pensar, sin ser sólo un pensador.

SI puedes ser severo sin llegar a la cólera,
si puedes ser audaz, sin pecar de imprudente,
si consigues ser bueno y lograr ser un sabio,
sin ser soberbio ni pedante.

SI alcanzas el triunfo después de la derrota,
y acoges con igual calma esas dos mentiras.
Si puedes conservar tu valor, tu cabeza tranquila,
cuando otros a tu alrededor la pierden.

Entonces los reyes, los dioses,
la suerte y la victoria,
serán ya para siempre tus sumisos esclavos,
y lo que vale más que la gloria y los reyes:
serás hombre, hijo mío. Así sea

Rudyard Kipling
Oración de la mañana


Lo más importante

Lo más importante no es 
que yo te busque, 
sino que tú me buscas 
en todos los caminos (Gen 3, 9);

que yo te llame por tu nombre, 
sino que tú tienes el mío tatuado 
en la palma de tus manos (Is 49, 16); 

que yo te grite cuando no tengo ni palabra, 
sino que tú gimes en mí 
con tu grito (Rom 8, 26); 

que yo tenga proyectos para ti,
sino que tú me invitas a caminar 
contigo hacia el futuro (Mc 1, 17); 

que yo te comprenda, 
sino que tú me comprendes 
en mi último secreto (1Cor 13, 12); 

que yo hable de ti con sabiduría, 
sino que tú vives en mí 
y te expresas a tu manera (2Cor 4, 10); 

que yo te guarde en mi caja de seguridad, 
sino que yo soy una esponja 
en el fondo de tu océano (EE 335); 

que yo te ame 
con todo mi corazón y todas mis fuerzas, 
sino que tú me amas 
con todo tu corazón y todas tus fuerzas (1Jn 13, 1); 

que yo trate de animarme, de planificar, 
sino que tu fuego arde 
dentro de mis huesos (Jer 20, 9). 

Porque, ¿cómo podría yo buscarte,
llamarte, amarte... 
si tú no me buscas, llamas y amas primero? 

El silencio agradecido es mi última palabra. 
Y mi mejor manera de encontrarte. Así sea

(Benjamín González Buelta sj)


Oración de la mañana


“En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús” (Lc 11,29-32)

Señor Jesús, aquí nos tienes un lunes más en tu presencia. Cuenta con nosotros.

En tu tiempo, nos dice el evangelio de hoy, la gente se apiñaba alrededor tuyo para escucharte, para que les sanaras, para ver en primera persona tus gestos, palabras y acciones.

Señor Jesús, nos gustaría ver que alrededor tuyo y alrededor nuestro se apiñe la gente porque en ti y en nosotros encuentran buenas noticias, mensajes de esperanza, ánimo, alegría desbordante, ganas de vivir, gestos solidarios y mucho cariño.

Señor Jesús, nos gustaría que los demás nos reconocieran, aunque jamás así lo expresarán, como de los tuyos, como hombres y mujeres para los demás, como seguidores tuyos, como anunciadores de tu proyecto allí donde estemos en cada momento.

Señor Jesús, quítanos el miedo a significarnos. Haznos valientes para ser testigos creíbles en medio de nuestro mundo. Haznos sal y luz, camino y puerta, casa y hogar, amigos y familia, tirita y ungüento, sonrisa y abrazo, buena noticia para todos, siempre. 
Haznos signos tuyos en medio de la vida. 
Así te lo pedimos. 
Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


"Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá" (Lc 11,5-13)

Señor Jesús, hoy vengo a pedirte porque sé que si en ti pongo mi confianza, todo te es posible: 

- te pido por mi familia 
- te pido por mis amigos
- te pido por mis compañeros de trabajo
- te pido por aquellos que siembran conmigo
- te pido por todos aquellos que no te conocen, pero te buscan
- te pido por todos aquellos que te conocen pero no se acuerdan de ti
- te pido por las personas que me rodean y que me hacen profundamente feliz
- te pido por todos aquellos de los que no conozco ni el nombre pero sé que necesitan calor, cariño y posibilidades
- te pido por mis inseguridades
- te pido por todas mis debilidades y omisiones
- te pido que me hagas más sencillo, más humilde y más transparente
- te pido que me hagas más solicito,as cercano y más disponible
- te pido que reconozca todo aquello que me hace feliz y pleno
- te pido que me hagas una persona coherente y auténtica, rebelde en fidelidad y confiada
- te pido que nunca me canse de buscar y de llamar a tu puerta
- te pido que me mires con cariño y me trates con misericordia
- te pido un corazón grande para amar, para comprometerme por la justicia y para sentir con los últimos
- te pido que me hagas cada día más agradecido, más desapropiados y verdaderamente alegre. 

Señor Jesús, te pido todo esto y todo aquello que tú sabes que necesito. Así te lo pido. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


“Señor, enséñanos a orar…” (Lc 11,1-4)

Señor Jesús, enséñanos a orar.
Cuando a lo largo del día las cosas no salen bien, cuando no vemos con claridad, cuando nos sentimos perdidos, confundidos y con la sensación de que nada de lo que hacemos es lo que hay que hacer, cuando necesitamos apoyo incondicional y presencia, enséñanos a orar.

Señor Jesús,
cuando vemos cómo salen adelante los proyectos, cuando poco a poco vemos los logros en aquello en lo que estamos involucrados, cuando hay salud y paz, pan y bienestar, cuando a la gente que queremos le va bien, enséñanos a orar.

Señor Jesús,
cuando llega el momento de la crisis, cuando solos no podemos, cuando ya no somos capaces de seguir, cuando las heridas del corazón duelen, cuando ya no vemos al otro, especialmente al otro más pobre, cuando llegan las rupturas, las separaciones, las pérdidas, enséñanos a orar.

Señor Jesús,
cuando esperamos tu reino, cuando deseamos conocer tu voluntad para con nosotros, cuando pedimos el pan de cada día, cuando necesitamos perdonar y que los demás nos perdonen, cuando sentimos la tentación cerca y cuando el mal nos rodea, enséñanos a orar al Padre.

Señor Jesús, enséñanos a orar. Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC


Oración de la mañana


"Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria" (Lc 10,38-42)

Señor Jesús, ¡Me gustaría tanto ser y sentir, actuar y vivir como María! Pero en mi vida cotidiana me descubro lleno de tareas, acelerado, demasiado cargado con cosas por hacer, demasiado ocupado en intentar responder a las demandas de tantos, mucha actividad y poca contemplación, todo por hacer... como Marta.

Señor Jesús, hoy siento que te diriges a mí y me dices ¡Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa! Te pido que pueda descubrir qué es lo único necesario, que aprenda a vivir sin olvidar lo esencial, sin perderme lo mejor de cada jornada, sin quedarme en la superficie de las cosas, de los acontecimientos y de las relaciones. 

Señor Jesús, hazme contemplativo en la acción. Hazme activo en la contemplación. Que dedique tiempo de calidad a estar contigo y que permanezca junto a ti para escucharte,  para gustar de tu presencia y amistad. 

Señor Jesús, que no me pierda en la acción, en estar siempre ocupado, haciendo de todo y en todo metido. Que te busque y cuando te encuentre que me quede junto a ti, como María. Enséñame tu modo de proceder. Así te lo pido. Así sea 

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


Salmo de esperanza

A ti, Señor, 
levanto mis ojos
a ti que habitas en el cielo 
y entre los hijos de los hombres.
Levanto mis ojos
de donde viene mi esperanza.
La esperanza me llega a borbotones de tu inmenso amor,
de que no te olvidas nunca de mí.
Muchos hombres ponen su esperanza 
en que tengan suerte en el juego,
en que todo les salga bien,
en la solución de sus problemas.
Mi esperanza es pronunciar tu nombre.
Mi alegría se llama conocerte, 
saber de tu bondad infinita,
más allá de donde alcanza mi razón.
tú eres una puerta abierta, 
una ventana llena de luz.
cuando los hombres me miran, 
me preguntan por qué sigo creyendo, 
por qué tú sigues siendo mi esperanza, 
me digo: 
si te conocieran, 
si supieran sólo un poco de ti, 
si ellos descubrieran lo que tú me has dado, 
estoy seguro de que no dirían lo que dicen;
pues tú eres maravilloso, 
acoges mis pies cansados.
Por eso, por todo y por siempre, 
tú, señor, eres mi esperanza. Amén

Oración de la mañana

"Quien a vosotros escucha, a mí me escucha" (Lc 10,13-16)

Señor Jesús, una mañana más me pongo en tu presencia y te doy las gracias por tanto, Señor:
- por hacerme palabra tuya
- por confiar en mí 
- por ser tus manos y tus pie
- por creer que yo puedo ser luz y brillar
- por haberme guiado, llamado y enviado
- por saberme siempre acompañado
- por ser sal en medio del mundo
- por llevar alegría allí donde voy
- por dejarme ser buena nueva para todos
- por ser vida y esperanza para tantas mujeres y hombres de mi tiempo.
- porque cuando soy débil, entonces soy fuerte
- porque sé que eres capaz de perdonarme todo.
- porque me quieres sin condiciones.
- porque cada mañana me bendices y cada noche me esperas con tanto cariño.
- por tu ternura y paciencia para conmigo.
- por hacerme instrumento de tu paz.
- por ser mi mejor amigo...

Por todo ello te doy gracias, Señor. Por todo cuanto soy, creo, quiero, sueño y hago... Por todo y por tanto, siemre gracias Señor. No sé cómo has hecho para enamorarte tanto de mí, pero aquí me tienes. Gracias. Así sea 


Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC







Oración de la mañana


"La mies es abundante y los obreros pocos; rogad al dueño de la mies que mande obreros a su mies" (Lc 10,1-12)

Señor Jesús, dueño de la mies, nos reconocemos sobrepasados por tanto como hay que hacer. Hay días que se nos pasan casi sin darnos cuenta, hay jornadas en las que hay tanta gente a la que alimentar, sanar y anunciar tu palabra. Envía obreros a tu mies.

Señor Jesús, conoces bien el fango en el que a veces nos movemos porque creemos que debemos pisar tierra y entrometernos en todo aquello que es humano y que clama humanidad. Pero nos faltan manos. Envía obreros a tu mies.

Señor Jesús, en ocasiones nos desilusionados, nos debilita el no saber qué hacer, nos desmoronamos al ver los resultados, nos angustia ver que para algunos tu nombre, tus gestos y acciones, tu palabra y tu promesa, resultan indiferentes. Envía obreros a tu mies.

Señor Jesús, una mañana más aquí nos tienes, dispuestos a trabajar en tu campo, confiados en ti como un niño en los brazos de su madre, alegres al saber que cuentas con nosotros, preparados para lo que el día nos depare. Estamos en camino como tú nos pides. Gracias por contar conmigo. Envíame. Y envía a otros conmigo para trabajar en tus tierras. Así te lo pedimos. Así sea

, pero soy consciente de mis limitaciones y de mis muchas debilidades. Me gustaría seguirte sin condiciones pero ¡Me atan tantas cosas! Aún así, cuenta conmigo.

Señor Jesús, quiero decirte que te seguiré a donde vayas. Dame tú la fe necesaria, las fuerzas necesarias, la esperanza necesaria y el valor necesario para poder hacerlo en fidelidad, sin condiciones, sabiéndome elegido, llamado y enviado por ti.   

Señor Jesús, si hoy me llamas, cuenta conmigo. Si quieres que te siga, cuenta conmigo. Si crees que merezco ser discípulo tuyo, cuenta conmigo. Así te lo pido. Así sea 




Oración de la mañana


"Te seguiré adonde vayas" (Lc 9,57-62)

Señor Jesús, una mañana más siento que me regalas vida para decirte sí, para que cuentes conmigo, para que uses mis manos, mis pies, mis labios, mi mirada y mi corazón para hacer posible tu proyecto. Cuenta conmigo.

Señor Jesús, una mañana más escucho tu llamada y siento que me dices "sígueme". Y quiero hacerlo, pero soy consciente de mis limitaciones y de mis muchas debilidades. Me gustaría seguirte sin condiciones pero ¡Me atan tantas cosas! Aún así, cuenta conmigo.

Señor Jesús, quiero decirte que te seguiré a donde vayas. Dame tú la fe necesaria, las fuerzas necesarias, la esperanza necesaria y el valor necesario para poder hacerlo en fidelidad, sin condiciones, sabiéndome elegido, llamado y enviado por ti. 

Señor Jesús, si hoy me llamas, cuenta conmigo. Si quieres que te siga, cuenta conmigo. Si crees que merezco ser discípulo tuyo, cuenta conmigo. Así te lo pido. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC


Oraciones

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Oración de la mañana


“El que no está contra vosotros está a favor vuestro” (Lc 9,46-50)

Señor Jesús, al iniciar esta nueva jornada, me pongo en tu presencia y te digo “gracias” por esta nueva oportunidad que me regalas. En lo más profundo de mi corazón deseo vivir este día dándome, entregándome y desviviéndome por los demás, tal y como tú hiciste, tal y como tú nos pides.

Señor Jesús, y reconozco que no siempre sé cómo se hace. Me preocupa más la superficie de las cosas que las personas, pongo mi confianza más en lo que parecen ser que en lo que realmente son, tengo en cuenta la marca antes de actuar. Hazme un creyente sin condiciones.

Señor Jesús, hazme entender qué significa eso de que el que no está contra mí está a favor mío. Hazme ver con claridad que da igual desde dónde se haga el bien, si es bien. Hazme comprender profundamente que no es necesario ser de los míos para ser bueno. Que lo bueno no es propiedad de nadie. Que hacer el bien es propio de todos los hombres y mujeres que buena voluntad.

Señor Jesús, al inicio de esta semana te pido que conviertas mi corazón y le hagas trasparente, sin dobleces y entregado. Así te lo pido. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


“¿Quién dice la gente que soy yo? ¿Quién decís vosotros que soy yo?” (Lc 9,18-22)

Señor Jesús, ¡qué preguntas! ¡Qué modo de centrarnos, de hacer que paremos a pensar y a pensarnos! ¡Qué difícil resulta contentarte sin vivirte! ¡Qué desafío, una vez más, preguntarnos quién eres tú para nosotros!

Señor Jesús, para nosotros eres compañero de camino, el mejor amigo, un hombre sencillo y coherente, con ternura y vigor, cercano y sensible, profeta y sugerente, hombre de paz y bien.

Señor Jesús, para nosotros eres la razón primera y última de todo lo que somos y creemos, eres el motivo de nuestra plena confianza, el refugio en nuestras horas bajas y en los momentos de mayor incertidumbre, eres el camino por el que vamos, la verdad que nos hace libres y la vida que nos gustaría vivir.

Señor Jesús, para nosotros eres nuestro Dios y Señor, y nosotros somos lo que somos ante ti, nada más. Para nosotros eres motivo de esperanza, de posibilidad, de sabernos en buenas manos, de sentir que nos quieres por encima de todo, sin condiciones.

Señor Jesús, que hoy vivamos desde lo que de ti sabemos, desde lo que tú eres y significas para cada uno de nosotros. Haznos imagen tuya en medio del mundo. Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC


Oración de la mañana


“Y tenía ganas de ver a Jesús” (Lc 9,7-9)

Señor Jesús, también a mí me gustaría verte. ¡He oído tantas cosas de ti! ¡He leído tantas historias sobre ti! ¡He intentado tantas veces meterme en la escena para ver qué se sentía al estar cerca de ti! Señor, haz que tenga ganas de saber cada día más de ti, de tu modo de proceder, del Espíritu que te animaba, de la fuerza de tus convicciones y del proyecto que decidiste compartir con nosotros.

Señor Jesús, lo reconozco, a veces ni yo sé muy bien quién y qué soy. En ocasiones siento vergüenza al tener que hablar de quién eres tú para mí y de quién soy yo desde ti; otras veces con mis palabras niego lo que tu Palabra afirma. Hay días que mis acciones no se corresponden con lo que pides a tus discípulos que sean y hagan. Y muchas, muchas veces, mi omisión reduce a la nada tu pretensión de que el reino de Dios sea para todos, para siempre y gratuito.

Señor Jesús, posibilita en mí que me encuentre contigo, que tenga espacios para fortalecer mi amistad contigo, que haga silencio para poder escucharte y me detenga a contemplar la vida que me rodea para poder encontrarte en cada cosa, en cada persona, en cada herida, en cada logro, en cada gesto humanizador.

Señor Jesús, hazte hoy el encontradizo. Mantenme alerta para que no pierda la oportunidad de verte en los demás. Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC
 
 
 
 
 
Oración de la mañana


"Les envió, se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando el Evangelio y curando en todas partes" (Lc 9,1-6)

Señor Jesús, también hoy yo siento que me eliges nuevamente, me pongo en camino y me envías al mundo para ser tú en medio de tantos: tus manos, tus pies, tu mirada, tus gestos, tus palabras y tu bendición.

Señor Jesús, llévame de aldea en aldea, de persona en persona, de situación en situación y allí hazme evangelio, buena nueva, motivo para vivir, razon para seguir esperando.

Señor Jesús, renueva una mañana más tu confianza en mí, dame el poder de ser fuerte en la debilidad, la humildad necesaria para saberme siempre fundamentado en ti, ungüento que sana y presencia que hace todo nuevo.

Señor Jesús, una mañana más, envíame. Hazme instrumento tuyo en medio de esta jornada. Decidido me levanto a anunciar evangelio y a curar a quien herido encuentre. Así te lo pedimos. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC


Oración de la mañana


"Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra" (Lc 8,19-21)

Señor Jesús, los creyentes hablamos mucho de fraternidad, de familia universal, de vida comunitaria, de relaciones que evangelizan y hoy tu evangelio nos recuerda una vez más que los lazos más fuertes son aquellos que nacen después de escuchar tu palabra y ponerla por obra.

Señor Jesús, haznos parte de tu familia, haznos aptos para escuchar tu palabra y valientes para ponerla por obra. Haznos creyentes de gestos más que de palabras. Haznos hombres y mujeres comprometidos con los otros, con todos los otros, especialmente con los que más razones de vida y esperanza tienen. 

Señor Jesús, abre nuestro corazón para escuchar tu palabra desde dentro, para interiorizarla, para disfrutarla y para traducirla en acciones transformadoras. 

Señor Jesús, que todo lo que sabemos de palabra lo pongamos por obra. Que nuestra vida sencilla sea muestra inequívoca de que nos habitas, de que eres Aquel que nos impulsa y nos envía. Así te lo pedimos. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


“Nadie enciende un candil y lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz” (Lc 8,16-18)

Señor Jesús, transforma mi mirada, hazme ver desde ti. Da luz a mis sombras, hazme faro y señal para quien busca, para quienes andan perdidos, para los que se hayan en tinieblas.

Señor Jesús, enciende mi mirada, hazme buena nueva para todos. Que mis palabras, mis obras y mis silencios iluminen la vida de cuantos me rodean. Que no deslumbre a nadie, que a nadie le niegue el resplandor de tu mirada en mí.

Señor Jesús, que no esconda mis dones, que no apague el rescoldo que hay en mí y que me lleva a poner luz donde no se ve, a hacer claro lo que aparece oscuro, a iluminar las tinieblas de mi corazón y del corazón de los demás. Luz te pido, enciende mi mirada con la luz de tu amor.

Señor Jesús, haznos luces que iluminen esta tierra, que prendan con tu luz, que la noche la conviertan en día y la desesperanza en nuevas esperanzas para vivir. Que los que entren en contacto conmigo hoy tengan luz, encuentren luz, se conviertan en luz para tantos otros. Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


“Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios” (Lc 6,20-26)

Señor Jesús, ¡cómo nos cuesta aceptar realmente que puedan ser dichosos aquellos que nada tienen, aquellos que sufren, aquellos que tienen hambre, aquellos que son excluidos, extraditados e insultados! ¿No será todo un error? Porque quien así sobrevive, ¿cómo va a ser dichoso?

Señor Jesús, vivimos en un mundo en el que ser dichoso es ser buen estudiante, tener una familia acomodada, poder estudiar en las mejores universidades, saber idiomas, tener propiedades, poder viajar sin fronteras y sin límites, estar siempre a la última, hacerse retoques cada dos por tres… ¿en qué quedamos? ¿Quién es dichoso en verdad?

Señor Jesús, nos gustaría pedirte esta mañana que nos hagas entrar en la dinámica de tu Reino, que nos hagas comprender en profundidad qué significan tus bienaventuranzas, qué es eso de que el carnet de identidad de un cristiano es vivir ese “dichosos” sabedores de que tú eres el Señor de nuestra vida.

Señor Jesús, te pedimos que nos hagas dichosos a tu modo, que nos hagas mujeres y hombres compasivos, misericordiosos, ocupados y preocupados por el destino de los más frágiles e indefensos, cercanos, sensibles… verdaderamente humanos con todos. Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


“Jesús pasó la noche en oración, después llamó a sus discípulos y eligió doce de entre ellos” (Lc 6, 12-19)

Señor Jesús, qué bien que tu Palabra hoy nos recuerde que antes de tomar decisiones, de llamar y elegir, deberíamos hacer como tú: retirarnos a orar, hacer silencio, ponernos a la escucha del Padre, discernir y contar con tu bendición antes de salir al mundo.

Señor Jesús, nos descubrimos mujeres y hombres de acción, casi siempre corriendo, en muchas ocasiones agitados y sin demasiada paz por un sinfín de situaciones y problemas, acelerados mientras intentamos llegar a todos los sitios… nos sabemos aprendices en esto de parar, retirarnos, mirarte a la cara y orar.

Señor Jesús, danos la fe necesaria para que en nuestra vida cotidiana no nos falte nunca un espacio para ti, tiempos para respirarte, para dejar que nos hables, para que nosotros te hablemos sin articular palabra, en ese silencio que nos permite escucharte y escucharnos en profundidad.

Señor Jesús, haznos hombres y mujeres contemplativos en la acción, dispuestos a ser llamados y elegidos. Disponibles para lo que tú quieras de nosotros y, sobre todo, preparados internamente para llevar a cabo tu misión desde ti, no solo desde nuestras propias fuerzas. Sólo en ti es posible llevar adelante la construcción del Reino. Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC




Oración de la mañana


"Entró en la sinagoga para enseñar... y sano a un hombre" (Lc 6,6-11) 

Señor Jesús, de nuevo, buenos días, buena jornada. Una vez más nos ponemos en pie y nos disponemos a vivir en tu presencia aquello que este nuevo día nos depare.

Señor Jesús, igual que a ti, seguramente hoy vayamos dispuestos a enseñar algo a alguien pero a medio camino nos encontraremos con personas que necesitarán nuestra mirada, nuestro hombro, nuestra escucha, nuestra misericordia... y deberemos sanar heridas y restablecer dignidades.

Señor Jesús, te pedimos que nos hagas mujeres y hombres atentos a las necesidades de los demás, quevayamos por la vida con los sentidos abiertos, que nos hagas flexibles, con capacidad de conductas alternativas y, sobre todo, que nos conmueva la vida de los otros.

Señor Jesús, que enseñemos con la vida, con gestos más que con palabras, que seamos instrumentos tuyos en medio de nuestro mundo. Así te lo pedimos. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC
 

Oración de la mañana


“Cuando recéis, no uséis muchas palabras” (Mt 6,7-15)

Señor Jesús, hoy no voy a usar muchas palabras en mi oración.
Quiero solamente presentarte algunas imágenes… sean ellas mi oración.

Unos abuelos acompañando a sus nietos al colegio.
Unos padres levantando con cariño a sus hijos para ponerse en marcha.
Un barrendero poniendo las calles.
Un quiosquero dando los buenos días a todo el que pasa.
Un sacerdote preparándose para celebrar la eucaristía.
Un adolescente preparado para comerse el mundo.
Un maestro soñando con las clases que tendrá hoy.
Un parado que hoy renueva la esperanza.
Un voluntario que invertirá su tiempo por los demás.
Un médico que salvará vidas y consolará a los heridos.
Un obispo que saldrá a la calle a estar con su pueblo.
Una madre que se emocionará al recibir un ramo de flores de sus hijos.
Unos hijos que siempre piensan en lo mejor para sus padres.
Un administrador que repartirá con justicia.
Unos hermanos que juntos son capaces de lo mejor.
Una comunidad de religiosos que rezan juntos.
Un político que trabaja por el bien común.
Un panadero que amasa lo que luego será nuestro pan.
Un periodista que busca y dice la verdad.

Estas imágenes son mi oración de hoy, Señor Jesús.
Acógelas.
Así te lo pedimos.
Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC
 
 
 
 

Oración de la mañana


"ld y proclamad que el reino de los cielos está cerca" (Mt 10,7-13)

Señor Jesús,
cómo proclamar
que el reino está cerca
cuando la gente
sigue pasando hambre,
cuando miles de personas no encuentran un trabajo digno, cuando cientos de familias son desalojadas como animales de sus casas, cuando cada día estalla un nuevo conflicto en algún rincón del planeta o una nueva lucha de intereses entre banqueros, políticos y empresarios deshumanizados, cuando cada día muere alguna mujer a manos del odio y la violencia, cuando siempre parece que ganan los malos, cuando la enfermedad ataca sin compasión a niños, jóvenes y adultos por doquier, ¿cómo anunciar que tu reino está cerca?

Señor Jesús, cómo proclamar cada día que tú, a pesar de los pesares, estás cerca de nosotros, que tu reino está ya presente en medio de nuestra vida, de nuestros trabajos, de nuestros compromisos…
en medio de todo y de todos.

Señor Jesús,
cómo anunciar que tú no nos abandonas nunca, que tu misericordia y tu lealtad nos acompañan todos los días de nuestra vida, que tu reino se hace presente en mí cuando soy fiel a tu Palabra, cuando me dejo guiar por tu Espíritu, cuando de verdad creo que tu voluntad es para mí el proyecto de mi vida.

Señor Jesús, envíame,
que no me canse nunca de proclamar con mi palabra y mis obras que tu reino está cerca, a la puerta, ya entre nosotros. Así te lo pedimos. 
Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC


Oración de la mañana


“Dichosos los pobres, los que tienen hambre, los que lloran, los perseguidos” (MT 5,1-12)

Señor Jesús, ¿dichosos?
¿Pero cómo van a ser dichosos
todos aquellos hermanos nuestros
que lo pasan tan mal?
¿Cómo van a ser dichosos
aquellos que ya nada temen perder porque nada tienen?
¿Cómo van a ser dichosos los que no tienen ni casa,
ni pan, ni sonrisas, ni paz?
¿Cómo van a ser dichosos los desdichados
que lloran tantas penurias?
¿Dichosos los cooperantes, los misioneros, los voluntarios,
los seguidores tuyos a quienes les quitan la vida
para que no luchen y trabajen por la justicia?

Señor Jesús, ¿dichosos?
Y tu respuesta sigue siendo: Sí, dichosos.
Porque tú hablas del Reino,
de esa dinámica vital nueva a la que nos invitas a participar
y a aportar desde lo que somos, tenemos y creemos.
Ese Reino tuyo que se construye a partir de pequeños gestos,
de acciones y palabras cotidianas,
de detalles del día a día que siembran semillas
que producen mucho fruto.

Señor Jesús, haznos dichosos también a nosotros.
Haznos colaboradores tuyos en la construcción de tu Reino.
Haznos personas sencillas,
empeñadas en ser y hacer felices a los demás,
personas serviciales, atentas a los gritos de los demás,
personas desprendidas y confiadas
en que tú acompañas nuestros pasos.
Así te lo pedimos.
Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC
Oración de la mañana

"Sígueme" (Jn 21,19)

Sígueme… y te haré retwitero del Reino.
Sígueme… y descubrirás que eres único para mí.
Sígueme… y deja atrás los agobios y las ansiedades.

Sígueme… y comparte cuanto tienes, sobre todo, compártete a ti mismo.
Sígueme… y me encontrarás en el rostro de tus semejantes.
Sígueme… y vivirás buscando un tesoro que anida en tu corazón.

Sígueme… y ama sin medida, sin condiciones ni contrapartidas.
Sígueme… y aprenderás a esperar, a prepararte, a caminar.
Sígueme… y experimentarás el gozo del perdón y la caricia de la misericordia.

Sígueme… y serás plenamente feliz haciendo felices a otros.
Sígueme… y cargarás con una cruz que yo sostendré.
Sígueme… y vivirás en profundidad tu vocación de servicio.

Sígueme… y tendrás verdadera experiencia de comunidad y de compartir.
Sígueme… y el Padre acompañará todos tus pasos, todos.
Sígueme… y hazlo con tus gestos, palabras y obras.

Sígueme… y el mundo en el que vives será siempre un poco mejor.
Sígueme… y dejarás todo por Aquel que lo es TODO.
¡Sígueme! Fíate de mí. Eso es todo.
Así te lo pedimos.
Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


"Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad» (Jn 17,11b-19)

Señor Jesús, en nuestro mundo es complicado diferenciar la verdad de lo que no lo es
¡hay tantas imitaciones, tantos engaños, vivimos de tantas apariencias!
Conságranos en la verdad.

Señor Jesús, en nuestro mundo es cada vez más difícil no confundir valor y precio,
superficialidad de exterioridad 
y tan fácil caer en la omisión,
en la mentira y en la indiferencia 
por el propio interés…
Conságranos en la verdad.

Señor Jesús, tú que eres verdad y tu palabra es verdad,
tú que eres luz para nuestros pasos y
el sentido profundo de nuestras vidas,
conságranos en la verdad.

Señor Jesús, haznos creyentes y creíbles, transparentes y veraces,
críticos y sinceros, 
tiernos y constructivos.
Conságranos en la verdad.
Así te lo pedimos. 
Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC




Oración de la mañana


“La paz os dejo, mi paz os doy. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde” (Jn 14,27-31a)

Señor Jesús,
mi oración de hoy quiere pedirte y agradecerte:

Pedirte paz,
que cesen los conflictos que separan a las personas y a los pueblos,
que se acabe tanta violencia
y tanto deseo de revancha,
que nos ayudes a ver en los otros
una promesa y no una amenaza,
que la paz sea posible en nuestras casas,
en nuestras tierras, en nuestras costas… en nuestro corazón.

Agradecerte tanto bien recibido,
el milagro de nuestro corazón,
aquel que nos mantiene en pie,
aquel que bombea vida a cada instante,
aquel en el que anidan también nuestros sentimientos,
nuestros afectos y nuestras emociones.

Haz, tú que nos lo pides,
que no tiemble ni se acobarde nuestro corazón:
¡Son tantas las razones que nos quitan la ilusión
y amenazan nuestra paz interior!
¡Tantos los motivos que nos entristecen
y que nos hacen revelarnos contra el estado de las cosas!
¡Tantas!

Señor Jesús, mi oración de hoy te pide paz,
la paz que sólo tú das,
la paz que permita que mi corazón
sea también, en todo lugar, con todos,
instrumento de tu paz.
Así te lo pedinos. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC


Oración de la mañana


  “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás” (Jn 6,30-35)

Señor Jesús, hambre y sed tenemos.
Hambre de justicia para todos,
especialmente para los que sienten sus derechos pisoteados.
Sed de que lleguen tiempos
en los que no haya que esperar igualdad
ni oportunidades para todos los hombres y mujeres,
sean de donde sean, venga de donde vengan.
Hambre de paz verdadera,
de la que no te quitan fácilmente,
de la que se construye con convivencia y relaciones fraternas.
Sed de salud,
de esperanza de vida, de calidad de vida
y de que la inteligencia le gane la batalla a las enfermedades.
Hambre de no ver a nadie pasando hambre,
mendigando unas monedas o un pedazo de pan.
Sed de un mundo más humano, más cuidado,
más sensible, más encaminado hacia la revolución de la ternura
que hacia su propia destrucción.

Señor Jesús, hambre y sed tenemos.
Y tú nos dices que si vamos a ti
no habrá más hambre y que si creemos en ti
no habrá más sed:
muéstranos el camino para encontrarte,
para disfrutar de tu presencia.
Danos la fe necesaria para creer en ti y no tener sed jamás.
Sacia nuestros anhelos, nuestras esperas y esperanzas.
Haznos pan para los demás.
Hazte pan para nosotros.
Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC
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Oración de la mañana


“Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás” (Jn 6,30-35)

Señor Jesús, hambre y sed tenemos.
Hambre de justicia para todos,
especialmente para los que sienten sus derechos pisoteados.
Sed de que lleguen tiempos
en los que no haya que esperar igualdad
ni oportunidades para todos los hombres y mujeres,
sean de donde sean, venga de donde vengan.
Hambre de paz verdadera,
de la que no te quitan fácilmente,
de la que se construye con convivencia y relaciones fraternas.
Sed de salud,
de esperanza de vida, de calidad de vida
y de que la inteligencia le gane la batalla a las enfermedades.
Hambre de no ver a nadie pasando hambre,
mendigando unas monedas o un pedazo de pan.
Sed de un mundo más humano, más cuidado,
más sensible, más encaminado hacia la revolución de la ternura
que hacia su propia destrucción.

Señor Jesús, hambre y sed tenemos.
Y tú nos dices que si vamos a ti
no habrá más hambre y que si creemos en ti
no habrá más sed:
muéstranos el camino para encontrarte,
para disfrutar de tu presencia.
Danos la fe necesaria para creer en ti y no tener sed jamás.
Sacia nuestros anhelos, nuestras esperas y esperanzas.
Haznos pan para los demás.
Hazte pan para nosotros.
Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


“Era tal su alegría que no se lo podían ni creer” (Lc 24, 35-48)

Señor Jesús, acosados como vivimos con tanta publicidad, con tanta innovación, con tantos avances tecnológicos, con tantas ofertas inimaginables, con tantas facilidades para tener lo que deseemos y para ser lo que queramos, con tanta oferta para que cada uno se arregle y acabe siendo quien no es, con tanta propaganda electoral que promete felicidades imposibles y alegrías de un rato, tú resulta que sigues siendo motivo de alegría, nuestro motivo de alegría.

Señor Jesús, tus discípulos no se podían creer que habías resucitado, pero no porque no te vieran, no porque no tuvieran fe, no porque la tristeza les había nublado la vista y el entendimiento… no. No se lo podían ni creer ¡porque era de tal calibre su alegría!

Señor Jesús, nosotros queremos ser discípulos tuyos y experimentar esa alegría que no conoce fronteras, que todo lo salva, que todo lo sana, que todo lo supera, que se contagia, que es gratuita, que se nos escapa de las manos para multiplicarse, que no podemos controlar, que no podemos improvisar porque procede de ti… eso queremos.

Señor Jesús, haznos como tus discípulos: mujeres y hombres alegres, verdaderamente alegres. No personas ingenuas, que esconden o maquillan las dificultades y los problemas, no: hombres y mujeres que todo lo viven desde la seguridad de que tú estás a nuestro lado, de que tú eres el motivo primero y último de nuestra alegría, desde la que vivirlo todo. Ojalá hoy sea tal nuestra alegría por saberte resucitado que no nos lo podamos ni creer. Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


"Yo sí lo conozco" (Jn 8,51-59)

Señor Jesús, ahora que va tocando a su fin está cuaresma, ahora que ya vemos Jerusalén en el horizonte, nuestra oración de hoy quiere pedirte:
- que tengamos tiempo de calidad para estar contigo
- que nos dejemos acompañar por tu Espíritu
- que te conozcamos de primera mano, no de oídas
- que te reconozcamos en los otros y en los acontecimientos
- que nuestra vida sea testimonio de misericordia, de compasión, de esa revolución de la ternura que tú eres
- que no tengamos miedo de reconocer que te conocemos y que eres lo mejor que nos ha pasado en la vida
- que nos des la fe necesaria para ser tus testigos en nuestro diario vivir
- que nos hagas profetas, sanadores, hermanos, buena nueva para todos

Señor Jesús, nosotros te conocemos. Danos capacidad para anunciarte y no tener miedo de reconocerte como el Señor de nuestra vida. Así te lo pedimos. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


"Si me conocierais a mi, conocerías también a mi padre" (Jn 8,1-11)

Señor Jesús, iniciamos esta última semana de la cuaresma, con nuestra mirada puesta en Jerusalén. Nos gustaría acompañarte hasta el final. Nos gustaría seguirte sin negarte, sin abandonarte, sin traicionarte. 

Señor Jesús, y en este camino hacia nuestra propia Jerusalén, resuena con firmeza tu palabra y nos gustaría conocerte más, dedicarte más tiempo, cuidar de modo especial nuestra relación contigo, orar sin prisas, poner fijos nuestros ojos en tu mirada, dejarnos conquistar por ti. 

Señor Jesús, sabemos que si no te conocemos no conocemos a Dios, que si contigo no tenemos una relación personal no es posible conocer quién es Dios. Necesitamos cuidar nuestra amistad contigo. Necesitamos cuidar nuestro seguimiento y nuestro compromiso por la justicia, a tu modo. Ayúdanos, Señor. Ayúdanos. Así te lo pedimos. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


“Yo no puedo hacer nada por mí mismo” (Jn 5,17-30)

Señor Jesús, esa experiencia que nos presenta hoy el evangelio ¡es tan nuestra! Tampoco nosotros podemos hacer nada por nosotros mismos y, cuando lo hacemos, sentimos que todo pierde consistencia, que nos faltan las fuerzas, que olvidamos que eres tú el motor de nuestra vida.

Señor Jesús, danos la capacidad, la fe y la confianza necesarias para sabernos en ti, para no creer que solos podemos con todo, para no pretender vivir como si no te conociéramos, para ser en medio del mundo testigos de tu vida y tu palabra, de tu amistad y de tu mesa compartida.

Señor Jesús, haz que experimentemos que sin ti es todo más difícil, todo más cuesta arriba, todo más estéril, todo más raquítico, todo más aburrido, todo más triste. Nosotros no podemos nada por nosotros mismos. Haznos mujeres y hombres fiados en tu Palabra, conectados a tu vida, sembradores y caminantes.

Señor Jesús, sabemos que tú vives. Haznos portadores de esa vida en nuestra vida cotidiana, sintiéndonos unidos a ti para poder ser lo que quieres que seamos allá donde tú quieras que sirvamos. Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


“Si no veis signos y prodigios, no creéis” (Jn 4,43-54)

Señor Jesús, así somos también nosotros, ya nos conoces: si no vemos, nos cuesta creer. Por eso hoy, en esta oración al inicio de esta semana, te pedimos:
Danos la fe de quien todo lo espera en ti.
Danos la fe del que se sabe siempre en tus manos.
Danos la fe de quien se siente acogido, abrazado y acompañado por ti.

Señor Jesús, danos una fe de palabras y gestos oportunos.
Danos una fe despierta, atenta, que se haga cargo de la realidad y se encargue de transformarla.
Danos una fe sencilla, sin grandes discursos, pero preñada de buenas nuevas.
Danos una fe que sane heridas, que reconstruya relaciones, que dé de comer a quien tiene hambre de pan y de sentido.
Danos una fe que haga frente a las dudas desde la confianza en ti.

Señor Jesús,
danos una fe que fortalezca nuestros lazos familiares.
Danos una fe que no tenga más principios que el amor.
Danos una fe que nos sirva para todo tiempo, climatología y situación.
Danos una fe que nos haga hombres y mujeres alegres.
Danos una fe que nos haga ver lo mejor de uno y de los otros.

Señor Jesús, aunque a veces no creemos si no vemos signos y prodigios, nos gustaría tener esa fe tuya que mueve montañas y ve en la semilla el árbol grande. Danos de esa fe. Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC
 
Oración de la mañana


“Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios?” (Jn 5,31-47)

Señor Jesús, ¡cómo nos gusta que subrayen lo bien que hacemos las cosas! ¡Cómo nos agrada que otros hablen bien de nosotros! ¡Qué bien nos sienta estar en boca de otros cuando es para escuchar lindezas, progresos y objetivos cumplidos! ¡Qué emoción al contar los seguidores y los likes que tenemos!

Señor Jesús, nos gustaría ser más humildes. Nos gustaría tener la sencillez de los que se saben en tus manos. Nos gustaría sentir desde lo más profundo que somos lo que somos ante ti, nada más.

Señor Jesús, haznos hombres y mujeres sencillos, transparentes, descomplicados, desapropiados, humildes en el ser, en el saber y en el hacer. Personas fiadas de tu palabra y en ti, discípulos acompañados y en búsqueda siempre de la verdad.

Señor Jesús, haznos creyentes empeñados y comprometidos en buscar y cumplir tu voluntad más que en perdernos en títulos, menciones y glorias que nos alejan del espíritu de las Bienaventuranzas y nos convierten en pequeños dioses. Haznos humildes. Danos la fe que sabe de ti y en ti tiene su fuente y fundamento. Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

 



Oración de la mañana


“Yo no puedo hacer nada por mí mismo” (Jn 5,17-30)

Señor Jesús, esa experiencia que nos presenta hoy el evangelio ¡es tan nuestra! Tampoco nosotros podemos hacer nada por nosotros mismos y, cuando lo hacemos, sentimos que todo pierde consistencia, que nos faltan las fuerzas, que olvidamos que eres tú el motor de nuestra vida.

Señor Jesús, danos la capacidad, la fe y la confianza necesarias para sabernos en ti, para no creer que solos podemos con todo, para no pretender vivir como si no te conociéramos, para ser en medio del mundo testigos de tu vida y tu palabra, de tu amistad y de tu mesa compartida.

Señor Jesús, haz que experimentemos que sin ti es todo más difícil, todo más cuesta arriba, todo más estéril, todo más raquítico, todo más aburrido, todo más triste. Nosotros no podemos nada por nosotros mismos. Haznos mujeres y hombres fiados en tu Palabra, conectados a tu vida, sembradores y caminantes.

Señor Jesús, sabemos que tú vives. Haznos portadores de esa vida en nuestra vida cotidiana, sintiéndonos unidos a ti para poder ser lo que quieres que seamos allá donde tú quieras que sirvamos. Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC


 


Oración de la mañana


“Si no veis signos y prodigios, no creéis” (Jn 4,43-54)

Señor Jesús, así somos también nosotros, ya nos conoces: si no vemos, nos cuesta creer. Por eso hoy, en esta oración al inicio de esta semana, te pedimos:
Danos la fe de quien todo lo espera en ti.
Danos la fe del que se sabe siempre en tus manos.
Danos la fe de quien se siente acogido, abrazado y acompañado por ti.

Señor Jesús, danos una fe de palabras y gestos oportunos.
Danos una fe despierta, atenta, que se haga cargo de la realidad y se encargue de transformarla.
Danos una fe sencilla, sin grandes discursos, pero preñada de buenas nuevas.
Danos una fe que sane heridas, que reconstruya relaciones, que dé de comer a quien tiene hambre de pan y de sentido.
Danos una fe que haga frente a las dudas desde la confianza en ti.

Señor Jesús,
danos una fe que fortalezca nuestros lazos familiares.
Danos una fe que no tenga más principios que el amor.
Danos una fe que nos sirva para todo tiempo, climatología y situación.
Danos una fe que nos haga hombres y mujeres alegres.
Danos una fe que nos haga ver lo mejor de uno y de los otros.

Señor Jesús, aunque a veces no creemos si no vemos signos y prodigios, nos gustaría tener esa fe tuya que mueve montañas y ve en la semilla el árbol grande. Danos de esa fe. Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC
 

Oración de la mañana


“Jesús le preguntó: ¿Ves algo?” (Mc 8,22-26)

Señor Jesús, hoy siento que esta pregunta me la diriges a mí. Que sabes que no siempre que dirijo mi mirada hacia algo, acierto a verlo en profundidad. Soy consciente de mis cegueras y de mi modo superficial de mirar. Por eso en esta mañana te digo:

-   Haz que vea
-   Que vea todo cuanto me rodea
-   Que cuanto me rodea suscite en mí interés
-   Que mi interés no sea sólo algo superficial
-   Que lo superficial me lleve a mirar dentro
-   Que lo de dentro me ocupe y me enseñe a mirar de otro modo
-   Que mirar de otro modo me lleve a ti
-   Que en ti descubra el valor de la mirada
-   Que mi mirada sea un signo evidente de que te sigo
-   Que te siga poniendo los ojos en aquellos a los que nadie mira
-   Que aquellos a los que nadie mira me devuelvan la vista
-   Que la vista que yo tenga sea la tuya…

Señor Jesús, ver, veo algo. Pero te necesito para ver más, para ver mejor. Quédate hoy a mi lado. Sana mi ceguera. Da calidad a mi visión. Que tu mirada me sane, que mi mirada me permita ver como tú. Así te lo pido. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC





Oración de la mañana


“El que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre” (Mc 3, 31-35)

Señor Jesús, mi madre y mis hermanos
son aquellos que viven haciendo el bien a los demás,
son aquellos que miran por el otro y por los otros
antes que por sí mismos,
son aquellos que nada quieren para sí
si no se puede compartir o si el prójimo, cercano o lejano,
no tiene lo indispensable para vivir.

Señor Jesús, mi madre y mis hermanos
son aquellos que viven sencillamente,
sin ataduras, sin demasiados trastos,
muchas veces a la intemperie, desapropiados,
expuestos a la vida y comprometidos con la vida de tantos.

Señor Jesús, mi madre y mis hermanos
son aquellos que se saben regalo para los demás,
que son conscientes de que todo cuanto son
no es fruto de la casualidad, ni de la suerte, ni de su esfuerzo,
sino fruto de tu amor incondicional por nosotros.
Un amor desmedido y en tantas ocasiones inmerecido.

Señor Jesús, mi madre y mis hermanos
son aquellos que hablan en parábolas,
viven las bienaventuranzas,
perdonan 70 veces 7 ¡por decir un número!,
cantan buenas noticias, incluso sin saber de tu evangelio,
ni de tu Palabra, ni de ti.

Señor Jesús, mi madre y mis hermanos
son quienes viven desviviéndose por los demás,
los que aman sin medida, los que perdonan sin condiciones,
los que sanan sin medicinas, los que escuchan siempre,
los que anhelan justicia y se comprometen por ella,
los que leen entre líneas,
los que saben interpretar los signos de los tiempos,
los que viven apasionados,
los que apasionan con su vida,
los que te alegran el día, el día que más lo necesitas.

Dame, Señor Jesús, esa madre y esos hermanos.
Porque ponen por obra, sin reloj y sin calendario, tu Palabra.

Así te lo pedimos.
Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC



Oración de la mañana


“Viendo Jesús la fe que tenían…” (Mc 2,1-12)

Señor Jesús,
a veces me pregunto qué fe tengo yo,
qué grado de profundidad tiene aquello que digo que creo,
hasta qué punto se corresponde
lo que digo que creo y lo que vivo,
qué alimenta mi vida de fe,
si tú estás detrás de mis opciones y acciones fundamentales,
si seré como los protagonistas de la Palabra de hoy
en los que tú viste hombres y mujeres de fe…

Señor Jesús,
me gustaría ser así:
una persona sencilla,
bien fundamentada,
consciente de sus parálisis,
acompañada,
dispuesta a mover cielo y tierra con tal de verte,
sin miedo al qué dirán,
de sencillo corazón,
con pocas seguridades pero sabedor por experiencia
de la potencia irresistible de su presencia…

Señor Jesús,
me gustaría pedirte hoy que me hagas valiente,
que perdones mis pecados,
que sanes mis heridas,
que me hagas crecer,
que me des las palabras oportunas para hablar de ti en cualquier parte,
que experimente tu misericordia
y que viva sólo desde el convencimiento
de que el único mandato es el amor,
ese amor que todo lo puede, todo lo transforma,
todo lo sana, todo lo perdona… todo lo hace nuevo.

Así te lo pedimos.
Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC



Oración de la mañana


“El Espíritu del Señor está sobre mí: me ha enviado a anunciar el Evangelio a los pobres, para dar libertad a los oprimidos” (Lc 4,14-22a)

Señor Jesús, en esta mañana haznos entender internamente qué significa que el Espíritu del Señor está sobre nosotros. Porque si tu Espíritu está sobre nosotros estamos instados a movilizarnos, a reconocer el fuego que has encendido dentro de cada uno de nosotros, a dar a conocer el proyecto de tu Reino, a ponernos al lado de los más débiles y trabajar por su liberación.

Señor Jesús, ese mismo Espíritu que está sobre nosotros nos envía hoy a anunciar tu evangelio, con palabras y gestos, con valentía, sin glosas, sin traducciones interesadas y sin adaptaciones. Ese mismo Espíritu nos impulsa hoy a estar junto a los pobres, a conocer su realidad, a hacerla nuestra, a intentar revertir la historia, a luchar por su dignidad y por restablecer los derechos de los que carecen. Ese mismo Espíritu nos exhorta a dar libertad a los oprimidos, a todos aquellos que viven o sobreviven bajo el yugo de la violencia, de la discriminación, del miedo, de la trata, de la explotación, de la indiferencia…

Señor Jesús, si tu Espíritu está sobre nosotros, danos la fe, la esperanza y la caridad necesarias para poder vivir desde él, para testimoniar con nuestra vida que es él quien nos mueve e inspira toda nuestra acción. Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC



Tercera semana de adviento
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Segunda semana de adviento

Primera semana de adviento

Oración de la mañana

“¿Cuántos panes tenéis?” (Mt 15,29-37)
Señor Jesús, hoy siento que tu Palabra me dice:

Si tienes fuerzas para ayudar, ayuda.
Si tienes tiempo para estar con los demás, regálalo.
Si tienes en tu armario ropa que no te pones, dónala.
Si tienes espacio libre, compártelo.
Si tienes cariño, abraza.
Si tienes sonrisa, llévala puesta todo el día.
Si tienes motivos para la esperanza, cuéntalos.
Si tienes razones para la alegría, alégrate.
Si tienes comida para otro, invítale a comer.
Si tienes tus manos disponibles, hazlo saber.
Si tienes ganas de ser hoy feliz, date.
Si tienes un corazón agradecido, agradece.
Si tienes madera de maestro, aprende.
Si tienes que saciar el hambre de otros, aporta lo que tengas.
Señor Jesús, hoy tu pregunta a los discípulos la recibo yo en primera persona y me pregunto: ¿Cuántos panes tengo para compartir? Haz que durante este día experimentemos lo que significa compartir todo lo que se es y se tiene para que tú puedas multiplicarlo. 
Así te lo pedimos. Así sea
Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC




Oración de la mañana


“Mirad que nadie os engañe” (Lc 21, 5-11)

Señor Jesús, por todos los sitios escuchamos cantos de sirena: “no te compliques, la vida es mucho más sencilla de lo que crees”, “no te metas demasiado, no merece la pena”, “no te comprometas tanto, luego te darán una patada y si te he visto no me acuerdo”, “ven con nosotros, aquí todo te va a ir fenomenal y sin esfuerzo ni sacrificio ninguno”, “creer no sirve para nada, déjate de cuentos y vive la vida”.

Y, Señor Jesús, cada vez que escuchamos este tipo de mensajes, dependiendo el momento en el que esto suceda, hasta nos entran dudas: “¿Estaremos tirando la vida por la ventana? ¿Estaremos consumiéndonos en causas absurdas? ¿Será verdad que Dios se ha olvidado definitivamente de nosotros? ¿Será que nos engañan?

Pero tú, Señor Jesús, nos dices con claridad: “Mirad que nadie os engañe”. Mirad que nadie os dijo que esto era fácil, que para poder ganar la vida hay que perderla, que se consume de igual modo una vela encendida que se comparte que una que llamea sola, que todo lo externo pasará, que lo que permanece es lo que te habita, lo que experimentas, lo que da vida.

Señor Jesús, en nuestra oración de hoy te pedimos que nos concedas el don de la fe. Que nos fiemos más de tu Palabra. Que estemos atentos. Que nos mantengas despiertos para saber reconocerte y saber reconocer los signos de tu Reino. Así te lo pedimos.
Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

Oración de la mañana


"Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo” (Lc 11, 37-41)

Señor Jesús, de nuevo tu Palabra nos sugiere, nos recuerda y nos exhorta a que no nos andemos por las ramas, a que no andemos siempre lanzando balones fuera, a que no difuminemos ni adaptemos lo que nos pides descafeinando la fuerza de nuestro compromiso.

Señor Jesús, de nuevo tu Palabra nos centra en lo nuclear, nos recuerda que lo importante es sólo una cosa y que todo lo demás viene por añadidura. De nuevo nos recuerdas que los ropajes, las formas, los modos, las “liturgias” y los ritos son importantes sólo si celebran y muestran lo que en lo más profundo del corazón creemos y vivimos.

Señor Jesús, de nuevo tu Palabra nos invita a dar limosna de lo de dentro, de lo que experimentamos, de lo que discernimos, de lo que nos hace crecer, de lo que gustamos internamente para en todo amar y servir.

Señor Jesús, un día más te pedimos que conviertas nuestro corazón para que seamos hombres y mujeres a tu modo, con tu estilo, sin dobleces, trasparentes, imagen tuya… sacramento.
Así te lo pedimos.
Así sea

Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC







Oración de la mañana

“No atesoréis tesoros en la tierra, atesorad tesoros en el cielo” (Mt 6,19-23)

Señor Jesús, qué difícil es para nosotros no atesorar, no acumular, no buscar seguridad en las cosas que hacemos y tenemos. Cuando leemos tu Palabra de hoy y la hacemos nuestra, descubrimos la cantidad inmensa de cosas que tenemos, la enorme carga que llevamos de un lado a otro y que pensamos que nos es indispensable para poder vivir ¡qué necios! ¡qué ciegos estamos!
Señor Jesús, hoy nuestra oración te dice:
-          Haznos austeros.
-          Haz que vivamos con sobriedad.
-          Haznos hombres y mujeres desprendidos.
-          Haznos vitalmente solidarios.
-          Haznos mujeres y hombres comprometidos.
-          Haznos desapropiados.
-          Haznos sencillos.
-          Haz que nuestras manos no estén atadas a nada.
-          Haz que no dependamos de lo que tenemos.
-          Haz que compartamos con todos lo que nos ha sido regalado.
-          Haz que pongamos a disposición de los otros lo atesorado por 
           el propio esfuerzo.
-          Haznos hombres y mujeres en camino, dispuestos a dejarlo todo.
-          Haz que no necesitemos más que un poco de fe.
Señor Jesús, que no atesoremos tesoros en la tierra sino que aprendamos a atesorad tesoros en el cielo. Así te lo pedimos. 
Así sea
Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC




Oración de la mañana

“Si perdonáis a los demás sus culpas…” (Mt 6,7-15)

Señor Jesús… los demás. 
Ahí está el secreto de todo, la razón de todo lo que nos ocupa, nos preocupa, nos hace plenamente felices o nos amarga la existencia. Los demás… aquellos por los que hasta ponemos la vida en peligro por salvar la suya, hasta somos capaces de privarnos de lo más esencial para que ellos salgan adelante… los demás.
Hoy tu palabra nos recuerda la oración del Padrenuestro, seguramente la oración más completa y más bonita que jamás hemos conocido. Y en esa oración se habla del perdón, de perdonar y ser perdonados, y después de la misma vuelves a insistirnos “si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros”. Parece ser que lo de perdonar resulta ser más que importante para ti.
Señor Jesús, tú nos conoces. Sabes de nuestros talentos pero también de nuestras debilidades y pobrezas. A veces se nos endurece tanto el corazón que no somos capaces ni de perdonar ni de admitir que alguien nos conceda su perdón. Por eso hoy te pedimos por las personas con las que tenemos algo sin resolver, por aquellos con los que nos cuesta más comunicarnos, acercarnos, pedir perdón y perdonar.
Te pedimos por nosotros: haznos hombres y mujeres experimentados en el perdón, en solicitarlo y en darlo. Haznos más como tú, en todo. Así te lo pedimos. 
Así sea
Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC



Oración de la mañana

“Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los demás para ser vistos por ellos” (Mt 6,1-6.16-18)
Gestos, pequeños sacrificios, modos de proceder, discreción en nuestras acciones, compromiso por la justicia fundamentado en el evangelio, eso significa cuidar de no practicar la justicia delante de los demás, Señor Jesús.
Sentir interiormente, conmoverse por la situación de los otros, llorar de impotencia, dar de lo que somos, quitarnos algo de lo que tenemos, reducir los caprichos para que otros tengan lo indispensable, eso significa cuidar de no practicar la justicia delante de los demás, Señor Jesús.
Romper nuestros tiempos, desacomodarnos, quitarnos del centro de todo y poner en el centro a los otros, de modo especial a los que no tienen hueco en ningún sitio, ser solidarios, vivir con sobriedad, practicar una austeridad que dignifica, eso significa cuidar de no practicar la justicia delante de los demás, Señor Jesús.
Haznos, Señor, mujeres y hombres sensibles a las injusticias que nos rodean. Danos un corazón capaz de pensar y de transformar el mundo aunque nadie sepa que en nosotros también está el germen de un mundo nuevo. Así te lo pedimos. 
Así sea
Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC



Oración de la mañana

“Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen” (Mt 5,43-48)
Señor Jesús, ¡qué bien suena tu palabra de hoy y qué difícil es cumplirla! ¿Cómo vamos a amar a nuestros enemigos y a rezar por los que nos persiguen si a veces amamos poco a los que tanto nos aman y apenas encontramos cinco minutos para rezar? Danos la fe necesaria para poder amar a quien no nos ama y rezar por las personas que no buscan nuestro bien e incluso nos persiguen por nuestro modo de ser, hacer o creer.
Señor Jesús, nuestra oración de esta mañana quiere recordar especialmente a todos los cristianos repartidos por el mundo que sabemos sufren el odio y la persecución de quienes no comprenden o no toleran que se pueda creer en un Dios al que llamamos papá.
Señor Jesús, te pedimos por todas las comunidades cristianas del mundo, de modo especial aquellas que sufren el odio y la persecución: mantenles unidos, hazles llegar nuestro compromiso firme de orar por y con ellos, de sentir con ellos los desafíos de cada jornada.
Señor Jesús, enséñanos a amar a aquellos que sabemos que no nos aman. Amarles como tú lo haces, dejando a un lado nuestras excusas, razones, razonamientos y posicionamientos. Amar. Solo amar. Y rezad por ellos. Ablanda nuestro y su corazón, hazlo esponjoso, tierno, acogedor y entrañable. Haznos mujeres y hombres de paz y bien. Así te lo pedimos. Así sea
Oscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

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